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domingo, 15 de febrero de 2009

El divorcio ya no será cuestión de dos

El deseo de disolver el vinculo matrimonial no seguirá siendo un asunto de dos, tal y como lo dispone el Decreto Ley 106 (Código Civil). En agosto pasado se presentó al pleno del Congreso de la República la iniciativa que dispone aprobar reformas al Código Civil, para que mejoren las condiciones de divorcio en Guatemala.
El proyecto de decreto ya cuenta con dictamen favorable y está a la espera de que sea discutido en el pleno, para su aprobación final y entrada en vigencia.
Uno de los objetivos de la propuesta es reforzar el principio de libertad de los cónyuges y que puedan escoger entre tres estados civiles: continuar su convivencia, el deseo de separación o la disolución del vínculo matrimonial.
La enmienda propuesta busca añadir en el artículo 154, que se refiere a la separación y divorcio, un inciso que dice: Por voluntad de uno de los cónyuges, aduciendo simplemente su deseo de libertad de estado civil.
“El ser humano es libre, pero la situación en que estamos ahora hace que las personas que desean divorciarse estén supeditadas a lo que su esposo o esposa decida. Si ésta no se quiere divorciar, los obliga a permanecer en matrimonio”, argumenta la diputada Anabella De León, quien, junto a Roxana Baldetti, ambas del Partido Patriota, presentó la iniciativa de ley.
Miles de casos al año
El Organismo Judicial reporta que de enero a septiembre del 2008 fueron presentadas mil 947 solicitudes de divorcio ordinario y tres mil 366 casos voluntarios.
El sociólogo Alejandro Urízar expone varias razones frecuentes en los fracasos matrimoniales en Guatemala. “La principal causa de divorcios en el país es la violencia intrafamiliar, le siguen las razones económicas, que propician condiciones adversas en el matrimonio, luego está la falta de educación sexual, que genera problemas, por los embarazos que se presentan durante el noviazgo”, dice.
La mayoría de las veces los jóvenes sienten presión social para casarse; todo esto los encamina a ser una familia desintegrada en un futuro no muy lejano”, explica .
Presunción de paternidad
La propuesta también incluye modificar el artículo 222, en el que añade la prueba de ácido desoxirribonucleico (ADN) en la presunción de paternidad, con lo que se pretende que se tome en cuenta la prueba genética para demostrar la paternidad.
“La mujer y los niños son los más afectados con el Código Civil que tenemos, porque, si una mujer está casada, pero separada de su esposo y resulta que tiene hijos con su pareja actual, los hijos con esta otra pareja no los puede inscribir con el apellido del padre, sino que tienen que ser inscritos con el apellido del esposo, y eso no puede seguir siendo así”, refiere De León.
Igualdad de condiciones
Las enmiendas, indica la congresista, también toman en cuenta aquellos artículos del Código Civil que no favorecen a la mujer. Están encaminadas a que tanto la mujer como el hombre gocen de igualdad de condiciones al momento en que alguno de los dos decida no continuar con el vínculo matrimonial.
Las legisladoras solicitan que se derogue el numeral 3 del artículo 89, en referencia a la ilicitud en que cae la fémina si contrae matrimonio de nuevo.
En el caso de que decida volver a unirse legalmente, no lo puede hacer antes de que pasen 300 días (10 meses) contados desde que se disolvió el matrimonio.
A menos que a su marido se le haya declarado impotente, podrá hacerlo sin esperar el tiempo establecido.
Las propuestas de enmienda están dirigidas a que tanto la mujer como el hombre gocen de condiciones iguales cuando alguno de los dos decida no seguir casado.
“No hay igualdad en los términos a los que estamos sometidos bajo el Código Civil, ya que no es el mismo tiempo el que debe esperar el hombre para poder volver a contraer matrimonio”, explica.
A merced del otro
Hace cinco años, Elisa Torres* presentó la demanda de divorcio en contra de su esposo Luis Ramírez*; sin embargo, no es posible que se puedan divorciar, ya que Ramírez alega que él la quiere y que no está dispuesto a disolver legalmente su matrimonio. A pesar de que Torres tiene una nueva pareja y desea unirse legalmente con él.
“El valor de la familia se está perdiendo cada vez más; los guatemaltecos tendemos a reproducir familias disfuncionales, en donde el padre tiene otra relación fuera del hogar o se sabe que en muchos casos los niños no viven con sus dos padres”, dice Urízar.
Fortalecer a la familia
Quienes hacen esta propuesta de reformar la ley aseguran que en ningún momento pretenden afectar el fortalecimiento del matrimonio o de la familia.
“A los que defienden el matrimonio, les digo que la base de la sociedad es la familia, y los abogados tienen que tener un recurso legal que responda a la realidad, para fortalecerla”, explica De León.
*Nombres ficticios