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domingo, 1 de noviembre de 2009

Epitafios

Entre los articulos editoriales de Prensa Libre del dia viernes recien pasado; me encontre un articulo de Brenda Sanchinelli Izeppi, titulado asi: "Epitafios"; y me parecio todo un compendio de los males de Guatemala; por lo que se los quiero compartir... ademas... me llego muy profundo la forma en que lo termino... se los recomiendo ampliamente: A continuacion, el texto literal:
Se acerca el Día de Muertos, y he meditado sobre el actuar de la humanidad, la prisa con que se vive el momento. Pero un día todos moriremos y dejaremos atrás esta vida, donde los valores positivos y altruistas casi no existen. Cuando una persona muere, se acostumbra colocar una placa en su tumba donde se escribe un epitafio, que en pocas palabras resume lo que fue la vida y obras de la persona.
Imagine usted, ¿qué escribirían en su lápida, los que lo amaron, conocieron, o los que se vieron afectados por su bondad o maldad en este mundo?
Y dirá en su tumba, aquí yace, quien en vida fuera:
El asesino. Llegó a creer que era Dios y que en sus manos estaba la potestad de quitarle la vida a quien él quisiera, unas veces por dinero y otras por venganza. Sus manos se mancharon de sangre inocente y con sus acciones cambió el destino de muchas personas inocentes.
El violador. Por su necesidad sicológica de dominar a otra persona, ultrajó el cuerpo y el alma de un ser humano, que no podía defenderse. Dejó en su víctima profundas huellas, que se reflejarán por siempre.
El político corrupto. Tuvo la oportunidad de ayudar y cambiar los destinos de un pueblo, que le brindó su confianza, en lugar de servir a su patria, prefirió amasar una fortuna incontable, hecha con el dinero de una pobre nación.
La prostituta. Nadie puede juzgar las razones que la llevaron a ejercer la profesión más antigua del mundo. Pero ella al menos fue sincera, mucho mejor que tantas otras mujeres que destruyen hogares felices y visten la máscara de honestas, dejando a niños sin su padre.
El estafador. Como lobo con piel de oveja, se acerca a su presa, fingiendo honestidad, pero detrás de esa fachada hay un monstruo, capaz de despojar de sus bienes a personas inocentes que han hecho su dinero con trabajo honesto.
El ladrón. Creyó que era muy inteligente, porque no tenía que trabajar para tener lo que otros consiguen con tesón y esfuerzo. Mientras los honestos trabajaban de sol a sol para obtener un salario, el ladrón estaba durmiendo y después maquinando cómo hacer dinero de manera fácil. Si tan solo hubiera empleado su supuesta inteligencia para estudiar y después trabajar, otro hubiera sido su fin.
Como dice Proverbios 6:16-19: “Seis cosas aborrece Jehová, y aún siete abomina su alma. Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos”. Y un día todo lo oculto quedará al descubierto.